La restauración del magnífico palacio que se utiliza actualmente como residencia del embajador, implicó un estudio de iluminación de todo el edificio acompañando los trabajos de reparación y restauración del edificio a su condición original.
Las obras de arte y piezas de mobiliario que el edificio contiene son retiradas para así proceder a la instalación de nuevos circuitos eléctricos, de seguridad y control. Los trabajos de renovación incluyen el pulido de mármoles, bronces, dorados a la hoja, estucos y frescos sobre las paredes. El proyecto tuvo una duración de cinco años para su terminación.